martes, 8 de septiembre de 2009

Era mi corazón un ala viva y turbia...

Era mi corazón un ala viva y turbia...
un ala pavorosa llena de luz y anhelo.
Era la primavera sobre los campos verdes.
Azul era la altura y era esmeralda el suelo.
El -el que me amaba- se murió en primavera.
Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo.
El -el que me amaba- cerro sus ojos... tarde.
Tarde de campo, azul. Tarde de alas y vuelos.
El -el que me amaba- se murió en primavera...
y se llevó la primavera al cielo.



Pablo Neruda