martes, 22 de septiembre de 2009

Otoño, bienvenido....

Ambarinas, ocres, doradas...
crujientes bajo el paso
insensible de la gente,
el viento gélido del sur
las transporta y acapara.
Hojas de otoño...
frágiles, resecas, sin alma,
se rinden indefensas
bajo el sórdido astro rey
y se disfrazan
de alfombras en la plaza.

Hojas de otoño,
arrancadas de sus ramas,
de la fuente de la vida,
en su última jugada
ofrecen melodías estridentes
al inescrupuloso otoño
que las mata.