domingo, 9 de mayo de 2010

No sobran las canas, ni las vivencias....

Cuando ella descubrió su primera cana quiso arrancarla de un tirón, pero como el odioso pelo blanco se prolongaba, jaló y jaló, mientras su cuerpo se destejía, hasta que sólo quedó una niña, llorando asustada.

Ese pájaro....




Mi amigo y yo, que algo sabemos de bosques y distancias, nunca nos ponemos de acuerdo sobre ese pájaro. Ése, ese mismo que ahora salta de la rama de un árbol y en vez de volar permanece inmóvil en el aire, como si fuera la escultura de un pájaro, que es. Él, mi amigo, dice que ese pájaro es un artista y que sólo los pájaros artistas se posan en el aire. Yo no, yo le digo que es un simulador, y que cualquiera, aún los cuervos que sólo saben ver carroña, se darían cuenta de que ese pájaro no está parado en el aire, sino sobre el hombro de un fantasma.
Pero nunca nos ponemos de acuerdo. Es así que después de una breve discusión, mi amigo se va volando hacia el norte y yo volando hacia el sur.