lunes, 3 de mayo de 2010

Cuentame un cuento......

- Constrúyeme un cuento

-Los cuentos no se construyen

-¿Entonces?

-Los cuentos se sueñan.

-Suéñame un cuento

-No, yo no puedo soñarte un cuento, eso sólo tú lo puedes hacer

-Pero yo quiero que me lo sueñes tú

-Cierra los ojos y trata de soñar

-No puedo

-Te tienes que quedar quieto, sin oir, sin ver, sin pensar, sin hablar... quietecito para poder soñar. Deja que las nubes te lleven volando entre el suave algodón, arrellánate entre el mullido piso y sueña... sueña. Cierra los ojos y escucha el latido de tu corazón, así podrás empezar a forjar tu sueño.

-Imagina a los pájaros pasar junto a ti piando de felicidad rumbo al sol. Mira a los árboles que se mecen suavemente al soplo del viento. Ve las mariposas multicolor posarse sobre las flores. Las abejas bebiendo del dulce néctar de los girasoles. ¿Escuchas el canto de los ríos? Sus aguas limpias arrullan a las ranas que embelesadas se quedan quietas sobre las piedras lisas de tanto bañarse. ¿Puedes ver los peces dorados que nadan en busca de la felicidad conjunta?. ¿Escuchas las risas alegres de los niños que felices cantan rondas dando vueltas sin cesar tomados de las manos?. Cuando puedas ver todo eso entonces estarás soñando.

-No puedo hacer eso, algo me distrae, dime ¿si me porto bien, me sueñas un cuento?.

-Ya te dije que no puedo soñarte un cuento, yo no puedo soñar... no sé soñar.

-¿Porqué no sueñas?

-Soy mayor, dejé de soñar hace mucho tiempo.

-¿Cuándo?

-Cuando vi la vida.

-¿La vida es fea?

-No, la vida no es fea. La vida es como nosotros la hagamos, según como la vivamos así es la vida. La vida es un ir y venir de emociones y sentimientos. La vida es alegría y tristeza. La vida es blanca y negra, la vida es solo el camino para llegar a la muerte. La vida es como subirse a un barquito y dejarte llevar por la marea hacia donde ella quiera. No tienes control, ella te toma en sus manos y hace de ti lo que quiera hasta hacerte llegar a un puerto. Puede ser el de la felicidad o el de la sinrazón. Puede ser al del éxito o el fracaso. Puede llevate a la felicidad compartida o a la soledad completa. A donde solo se oye tu respiración pidiendo dejar de vivir. La vida te lleva a la muerte. La vida te puede llevar a la locura de la razón. El camino que elijas para llegar a ella es tu responsabilidad.


-¿Porqué si la vida teniendo cosas lindas, sólo te conduce a la muerte?, ¿tan dura es la vida?.
-No es dura, sólo es vida

-¿De qué color es la vida?

-La vida es del color que tu quieras

-¿La vida puede ser azul?

-Si, la vida puede ser azul, rosa, amarilla, del color que quieras.

-Quiero que mi vida sea azul, quiero que mi sueño sea azul.

-Venga entonces, que tu sueño sea azul.

-Ya me construiste un cuento.

-Ya te dije que no puedo hacerlo, no he construido nada

-Si, lo acabas de hacer, me construiste un cuento azul, soñaste mi sueño, el que yo quiero. El que yo vivo. Quiero ver los pájaros, quiero beber las nubes, quiero tocar el sol, quiero oir los ríos y su canto, quiero vivir.

-Mi sueño azul es vivir!.

Una cajita de cristal...

La amistad es una cajita de cristal. Pequeña, transparente, donde guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor.

Un cristal fino donde te reflejas. Material en el que están hechos tus sueños. Son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca.

Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes.

Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu cajita de cristal.

A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia.

Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes.

Es aquello por lo que darías todo.

Menos tu cajita de cristal…