Hace mucho tiempo, cuando el mundo era joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba meditando en una alta montaña cuando tuvo una visión. En esta visión, Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría, apareció con la forma de una araña. Iktomi le habló en un lenguaje sagrado, que sólo los líderes espirituales de los Lakotas podían entender. Mientras le hablaba, la araña tomó un aro de sauce, el de mayor edad. También tenía plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas, con lo que empezó a tejer una telaraña.

-En cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas, otras malas. Si te encuentras con las buenas fuerzas, ellas te guiarán en la dirección correcta. Pero si tú escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimarán y te guiarán en la dirección equivocada.
Mientras la araña hablaba, continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro. Cuando Iktomi terminó de hablar, le dio al anciano Lakota la red y le dijo:

El anciano Lakota, le pasó su visión a su gente, y los indios Sioux usaron el atrapasueños como la red de su vida. Éste se colgaba encima de la cama para escudriñar los sueños y visiones. Lo bueno de sus sueños era capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapaba a través del agujero en el centro de la red. Ellos creían que el atrapasueños sostenía el futuro de su destino.